Los cafetaleros piden indexar el salario mínimo a los precios del grano en Nueva York. / DEM


El sector de la caficultura sufriría una pérdida de $25 por cada quintal de café oro uva, y el costo de producción podría elevarse en 37 %, como consecuencia del ajuste salarial aprobado en diciembre pasado por el Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM), según estimaciones de la Asociación Cafetalera de El Salvador.

De acuerdo a un estudio de la asociación, presentado ayer, por cada quintal de café oro uva, un productor invertirá $105.23, mientras que la venta final es de $80.15, es decir, una pérdida de $25.08 al considerar el precio del producto en la Bolsa de Valor de Nueva York (NYSE), en la cual se comercializa entre el 80 y 90 % del grano salvadoreño. También se debe restar el cánon de transformación, y contribución al Consejo Salvadoreño de Café (CSC) y a la Fundación Salvadoreña para Investigaciones de Café (Procafé).

Víctor Mancía, de la cooperativa Siglo XXI, explicó que el sector cafetero ha pasado de mantener 250,000 manzanas de café a 135,000, y con una productividad de 20 quintales por cada superficie cultivada. “A un precio promedio de $140, el caficultor recibe $100, y le da un porcentaje de rentabilidad, versus los costos, del 11 %. No es un gran negocio”, dijo.

Con el ajuste, agregó, “vamos a tener con estos precios (según la variación de NYSE) un rentabilidad del -24 %, vamos a perder $25 por quintal. Lo de nosotros no es pasatiempo, es negocio, hemos invertido. Lo que va a pasar es que vamos a utilizar la mitad de gente que antes utilizábamos”, agregó Mancía.

 

Aumento de costos

De acuerdo a la nueva tabla de salario mínimos del Ministerio de Trabajo y Previsión Social (MTPS), la industria agrícola de temporada pasaría de pagar $171 a $224 (30.9 % más), y para la recolección de café, el incremento pasa de $129 a $200 (61.03 % más).

Considerando el salario mínimo anterior, explicó Mancía, la mano de obra representa el 54 %, y para cultivar una manzana de café se requería $3,600. “De eso estábamos hablando en la mesa del café, de reactivar 100,000 con este tipo de costos y sensibilizarlo a cierta cantidad de año”, agregó.

Con el nuevo incremento salarial, “plantar una manzana de café va a costar $4,700”, y si se comercializa a un precio de $140 en quintal “nos vamos a tardar 38 años para pagar un manzana de café”, estimó.

En concreto, para mantener una manzana de café en producción costaría un 37 % de su costo actual.

También, según la asociación, hay productores que entregan a sus colaboradores alimentación adicional, como tortillas, frijoles y arroz (valorada en $0.65 un tiempo de comida en cada trabajador), y transporte ($0.50 por cada cortador de café). Con el ajuste, dicho beneficio tendrá que ser recortado.

En este sentido, Raúl Zaldaña, presidente de la Asociación Cafetalera, solicitó a las autoridades “sentarse a discutir con números y costos. Porque tenemos el problema de productividad, porque los señores del salario mínimo han hecho un cálculo tomando como base un estudio de hace 10 años, donde la productiva del parque cafetero rondaba los 25 quintales por manzana”, dijo.

 

$25 Pérdidas

El sector cafetalero podría perder $25 por quintal de café oro uva con la aplicación del ajuste al salario mínimo.

 

30 % Empleo

Representa la mano de obra en una manzana en producción, con el ajuste llega al 37 %.

 

90 % Precio

Entre el 80 y 90 % del café salvadoreño se comercializa en la Bolsa de Valores de Nueva York a un precio promedio de $141.

 



 

Inés Ortiz: “No voy a poder trabajar la finca a capacidad completa”


 

La ingeniera Inés María Ortiz es una mediana productora de café, dueña de la Finca Irlanda, ubicada sobre Colón, La Libertad. Ortiz asegura que con el ajuste al salario mínimo tendrá que despedir cola-boradores, y no podrá trabajar al 100 % la capacidad de sus tierras.

Normalmente contrata 20 colaboradores para su finca, pero con el incremento al salario no podrá pagarles a todos el monto acordado por el Consejo Nacional el Salario Mínimo (CNSM). Según comentó, propuso a sus colaboradores trabajar por grupo una quincena diferente, pero éstos se negaron y le pidieron que seleccionara a quiénes podría despedir.

“Ante eso, yo tengo que reducir entre 10 a 12 personas para poder pagar el salario, y poder hacerle frente a las necesidades de la finca. Pero no voy a poder trabajar la finca a capacidad completa, sino que a un 60 %”, señaló.

Ortiz recalcó que el precio del café se mueve según las variaciones de la Bolsa de Valores de Nueva York, y además deben pagar impuestos. “Ahorita yo no he podido empezar porque estoy haciendo mis números. Estoy viendo cómo ajusto, qué cosas voy hacer mínimo y qué máximo de gente puedo tener”, dijo.